Extraido de:
DEL ARTE OBJETUAL AL ARTE DE CONCEPTO
Por Simon Marchán Fiz
AKAL 1972
EL FLUXUS
El “fluxus” ha sido considerado como una modalidad del “arte de acción”. Es un movimiento paralelo y ligado al “happening”, atento a una renovación de la música, el teatro y las artes plásticas. Desde sus mismos orígenes ha estado más ligado a la música que a las artes plásticas. La figura más destacada cómo organizador e ideólogo del movimiento ha sido G. Maciunas, quien desde 1961 empezó a trabajar en estas experiencias con Maxfield, McLow y Flynt. En 1962, Maciunas se traslada a Europa, organizando con Vostell y Paik los Festivales Fluxus de Wiesbaden y Düsseldorf (1962-63). Entre 1958-1963 -ejerció gran influencia en el desarrollo de las nuevas tendencias de ballet, música y artes plásticas, en especial, sobre el incipiente arte procesual. El “fluxus” se concentra sobre todo en la vivencia de un “acontencimiento” que discurre de un modo improvisado. Y si el “happening” presenta una mayor complejidad y duración, el “fluxus” ha recurrido a acciones muy simples; como, por ejemplo, sentarse en una mesa y beber una cerveza. Mientras el primero es más-espectacular y envuelve al espectador, el segundo es más simple y permite al espectador distanciarse del acontecimiento.
En 1963 se fundó el grupo americano “Fluxus”, en el que predomina muy pronto el “fluxus” político. Este surge en una estrategia común entre Flym (en contacto con grupos ultrarradicales, próximos al trotskysmo) y Maciunas. La colaboración da lugar a
-Los objetivos del “fluxus” no son estéticos sino sociales e implican la eliminación progresiva de las bellas artes y el empleo de su material o capacidades para fines sociales constructivos.
-El “fluxus” es una forma de anti-arte que se alza, sobre todo, contra la práctica profesional del arte, contra la separación artificial entre productores y espectadores; entre el arte y la vida.
-Está en contra del objeto artístico tradicional como mercancía falta de función y contra el arte como artículo comercial.
Al estar contra la cultura seria, se opone a todas sus instituciones (ópera, teatro, Kaprow y Stockhausen) y está a favor de las arte populares, como el circo, las revistas, las ferias, etcétera.
-La supresión del arte se lleva a cabo por propuestas a lo Duchamp, mediante la declaración de todo lo no artístico en artístico, a través del cultivo del antiarte: el canto de un pájaro, un chaparrón, un estornudo, exposiciones como las de G. Brecht: “Cuatro paredes con suelo y techo”. O seis puertas con las palabras “Exit- Enrrance- Exit- Enrrance...” del mismo Brecht. Finalmente, la alternativa se desplazó hacia la producción de banalidades o la ausencia de toda creación. El “fluxus”, en algunos casos radicales como el de FIynt culminó en un nihilismo artístico que rechazó toda actividad artística y creativa. En este gesto de negación total del objeto artístico fue más allá de cualquier otra propuesta posterior, incluidas las “conceptuales”. Hoy es considerado, creo que incorrectamente, como uno de sus antecedentes en una identificación apresurada de lo “conceptual” con lo antiobjetual.
Por lo demás, sus tesis y afirmaciones radicalizan ciertas propuestas del “happening”. En su práctica más frecuente se ha limitado a ser una especie de subgénero del mismo inclinado más hacia lo musical que hacia las artes plásticas.
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